Vigorexia: la búsqueda del cuerpo perfecto

Vigorexia

Vigorexia: «la búsqueda del cuerpo perfecto»

Primer trabajo de investigación sobre Vigorexia, presentado en España en 1999 en el VII Congreso de Psicología del ejercicio físico y deporte.  (1999 Granada) 
Cardona, Eulalia & García, Almudena 
Vigorexia (Pope, 1977) es el nuevo trastorno del “culto al músculo» que se está infiltrando de forma alarmante en los gimnasios de la sociedad moderna y en algunos ámbitos deportivos. A través de un caso de vigorexia (deportista de 28 años, estudiante de 5º Curso de INEF) se pretenden desvelar las conductas deportivas descontroladas, así como la adicción a algunos nutrientes, fármacos, esteroides y otras sustancias.
El tratamiento multiprofesional de esta “prisión corporal” (En palabras del citado deportista) se está llevando a cabo por dos vías complementarias:
  • Intervención Psicológica Deportiva y Clínica con Técnicas Cognitivo Conductuales e Hipnosis.
  • Intervención Médica (Psiquiátrica, Endocrina y Medicina Deportiva)
Con este trabajo se intenta dar una llamada de atención para que los profesionales de la psicología del ejercicio físico y del deporte puedan identificar y prevenir este tipo de conductas.
Introducción
La sociedad ha ido evolucionando a través de los siglos de una forma paulatina si bien, de acuerdo con algunos teóricos de la Historia, este proceso evolutivo sigue algunas pautas cíclicas o patrones antropológicos. De esta forma Grecia elevó a categoría estética un modelo cultural masculino donde las masas musculares cobraban un especial relieve como expresión de la masculinidad.
Sometida a este comportamiento cíclico aparece a las puertas del nuevo milenio, una exaltación al cuerpo masculino, una cultura al cuerpo y al placer haciendo honor a Dionisos dios de los excesos y a Apolo dios de la belleza, repitiéndose aquella época de la Grecia clásica.
Sin embargo aparecen rasgos diferenciales. La civilización actual ha desarrollado hasta tal nivel los medios de comunicación que cualquier patrón social puede extenderse de forma fulminante invadiendo todos los estratos de la sociedad, aunque en muchas ocasiones estos modelos sociales y culturales resultan tan efímeros y fugaces como un suspiro.
El culto al cuerpo perfecto, musculazo y fornido es fomentado actualmente en los gimnasios y exaltado en concursos, cuando no en los mismos comportamientos deportivos. Hasta tal extremo se produce esta profundización cultural que resulta habitual la utilización de hormonas o drogas que puedan reforzar el modelo o patrón muscular a alcanzar. Pero esta cultura al cuerpo y al placer no es muchas veces la expresión de aquel modelo de la Grecia antigua sino que recuerda más bien al mismo fenómeno social que ha inducido tantos comportamientos anoréxicos en niñas y adolescentes actuales, cuya gravedad ha exigido la intervención de las instituciones sanitarias y del Congreso de los Diputados Español. La cultura al cuerpo cincelada en un modelo musculoso, está invadiendo el mundo infantil a través de películas (Jean Claude Van Damm, por ejemplo), cómics y muñecos (“Action-Man”).
Todo ello no tendría mayor importancia más allá de la sociología, si no fuera porque simultáneamente están apareciendo de forma creciente y preocupante Trastornos Psicológicos que desde el mundo deportivo hunden sus más profundas raíces en este modelo cultural. El Trastorno que Harrison Pope y cols. denominaron en un principio “Anorexia Nerviosa Inversa” ha evolucionado hasta el término de “Dismorfía Muscular” aunque otros autores prefieren hablar de “Big-orexia”, acepción que hemos recogido con alguna modificación gramatical que no de contenido. Lo que nosotros llamamos “Vigorexia” y Pope “Dismorfía muscular es un trastorno con una incidencia cada vez mayor en deportes como halterofilia, culturismo y otros que utilizan el levantamiento de pesas como complemento para su mejora física.
Los Criterios Diagnósticos que cita Pope son los siguientes:
  1. Vivencia del propio cuerpo como pequeño, fláccido e insuficientemente musculado, dando lugar a horas de levantamiento de pesas y seguimiento de una dieta estricta hipercalórica y con suplementos proteínicos y vitamínicos adicionales.
  2. Esta alteración produce un malestar clínicamente significativo con deterioro de áreas social laboral, familiar y personal patente en:
  1. Abandono de actividades sociales y profesionales por la necesidad compulsiva de ejercicio físico y seguimiento de una dieta rígida.
  2. Evitación de situaciones que impliquen exposición corporal. Si esta exposición se produce, es a costa de elevados niveles de ansiedad.
  3. Preocupación por el tamaño corporal que interfiere en el funcionamiento social, profesional o de otro área.
  4. El sujeto continúa realizando levantamiento de pesas haciendo dietas estrictas y usando sustancias ergogénicas a pesar de conocer los riesgos físicos y psicológicos adversos.
  1. El principal motivo de preocupación se centra en la creencia de ser pequeño e insuficientemente musculado.
En lo que concierne al Diagnóstico Diferencial, el Trastorno presenta con frecuencia comorbilidad con trastornos de la conducta alimentaria (Bulimia y Anorexia), trastorno Obsesivo-Compulsivo, Depresión Mayor, Trastorno de Ansiedad y Dismorfofobia permaneciendo en el caso de la Vigorexia como principal preocupación la “ausencia de una musculatura suficiente”.
En cuanto al Tratamiento Psicofarmacológico parece que pueden ser efectivos los recaptadores de serotonina.
Por último, las Investigaciones que relacionan el ejercicio físico con la salud ponen de manifiesto que en el caso de sobreentrenamiento aparecen repercusiones psicológicas negativas relacionadas con trastornos de la alimentación (Morgan & O`Connor, 1988) Estas investigaciones también describen problemas de adicción al ejercicio en corredores de fondo.
(Biddle & Mutrie, 1991 ) (Sanz et cols., 1992)
En el presente estudio de Caso Único se presenta la descripción de un caso de Vigorexia diagnosticado a partir de estos criterios así como el tratamiento Psicoterapéutico llevado a cabo. Teniendo en cuenta que la validez del mismo es poco representativa, se pretende ilustrar el modelo propuesto por Pope et cols. con descripciones clínicas que puedan ser útiles para entender mejor la descripción del cuadro, aunque hay otro proyecto de investigación en curso a publicar próximamente que sí incluye muestras estadísticamente significativas. Asimismo, se está investigando sobre la baremación Española de la escala de medida propuesta por el autor a publicar también próximamente.
I Estudio de Caso Único N= 1
Deportista de 28 años de edad, soltero y estudiante de ultimo curso de INEF. Acude por primera vez a consulta de Eulalia Cardona  en febrero de 1997 a los 26 años aquejado de una fuerte Depresión que sufría desde hacía varios meses (“Como consecuencia de un fracaso sentimental”) y que no había remitido a pesar de la automedicación con antidepresivos y ansiolíticos.
Es significativa desde el primer encuentro su ancha vestimenta deportiva, su bolsa de deporte (Que lleva a todas partes para poder entrenar allí donde se encuentre) y la preocupación obsesiva por estar demasiado delgado muscularmente. Ha perdido el apetito y aunque quiere entrenar no puede porque la sintomatología depresiva se lo impide.
II Método
Se lleva a cabo un primer Estudio Psicopatológico con un contenido centrado en:
  • Entrevista Estructurada Individual.
  • Escala Autoaplicada para la Evaluación del Estrés-Apoyo Social (DMH) de California.
  • Inventario de Rasgos de Personalidad Tendentes a sicopatología ( DSM-IV )
  • Escala Autoaplicada para la evaluación de la Depresión de Beck.
  • Hipnodiagnóstico ( Mediante señales ideomotoras )
En esta primera evaluación se reveló la existencia de antecedentes de inestabilidad psíquica, con episodios depresivos de intensidad media, ansiedad, insomnio, baja autoestima y conflictos inconscientes en infancia y adolescencia (Estos últimos mediante exploración bajo hipnosis )
En el transcurso de la Psicoterapia inicial, fueron poniéndose de manifiesto algunos hábitos de conducta deportiva que en principio no presentaban relación directa con el síndrome depresivo que había obligado al sujeto acudir a Psicoterapia.
El paciente declaraba haber sido deportista (Deportes de combate) durante unos diez años (De los 10 a los 19) También reconoció haber abandonado la práctica de su deporte debido a la gran insatisfacción y frustración asociadas al hecho de tener que competir con un compañero que pudiese ser mejor que él. Así pues la paulatina sustitución de la práctica habitual de su deporte por el entrenamiento de musculación con pesas dentro de su propio club deportivo, podría haber constituido una respuesta de evitación ante la competición. Entre las motivaciones que argumentaba para justificar tal cambio, figuraban la mayor satisfacción a corto plazo que le producía este tipo de práctica y una mayor compensación psicológica referida a resultados físicos estéticos y funcionales (Ganancia de masa muscular y aumento de fuerza) Un dato a tener en cuenta es que el sujeto comentaba haber dejado de practicar la lucha a raíz de una etapa depresiva sufrida poco antes de abandonar este deporte. Ahondando en la trayectoria personal del paciente y en la evolución de su comportamiento social, se pudieron extraer estas conclusiones:
  • El paciente presentaba antecedentes marcados de inseguridad personal, infravaloración de sí mismo y baja autoestima, teniendo un nivel de ansiedad significativo.
  • Se observaron conductas de evitación en el plano académico, deportivo y social con tendencia al aislamiento, ausencia de relaciones en el gimnasio y de relaciones con amigos y familiares.
  • Como rasgos definitorios de las conductas del sujeto dentro del contexto deportivo se identificaron una gran auto exigencia en cuanto a su rendimiento físico (Entrenamientos diarios de seis horas de duración), una excesiva preocupación por su imagen corporal (Tamaño muscular, longitud de sus piernas, caída del cabello, talla del pié…) y un elevado grado de perfeccionismo.
  • También declaró ser consumidor habitual de ayudas ergogénicas para potenciar el rendimiento físico reconociendo haber utilizado sustancias dopantes ( Estimulantes y esteroides anabólicos ) que él mismo se auto administraba indiscriminadamente y que iban in crescendo con el tiempo.
  • Por último también se observaron conductas obsesivo-compulsivas a veces asociadas a sentimientos de culpa en torno al entrenamiento, su apariencia muscular y física y a algunos factores relacionado tales como la nutrición, el descanso y la libido entre otros.
A tenor de estos hechos, constatamos que si bien el trastorno depresivo que afectaba al paciente (Depresión Mayor moderada según los primeros informes) requería un tratamiento inmediato, se daban sin embargo una serie de circunstancias propias del estudio que nos ocupa y que nos hicieron enfocar el caso desde una perspectiva muy diferente.
De este modo, los episodios depresivos en los que se sumía podrían ser síntomas de un trastorno de mayor entidad que habría actuado como detonante de ciertos comportamientos y hábitos de conducta compulsivos que perfectamente podríamos enmarcar dentro del síndrome recientemente descrito por Pope y cols. en la Revista Médica Americana «Psicosomática» con el nombre de «Dismorfía Muscular».
En nuestro caso se cumplían la mayoría de los Criterios Diagnósticos de forma que una percepción claramente distorsionada habría producido conductas compulsivas de entrenamiento, dieta estricta y administración indiscriminada de esteroides y otras sustancias reduciéndose considerablemente las posibilidades de interacción social.
III Procedimiento (Proceso Psicoterapéutico-Deportivo)
En un primer momento el trabajo se centró en una reducción de la sintomatología ansiosa y depresiva y en el aumento de la autoestima con técnicas específicas (Cognitivo-conductuales e hipnosis: Entrenamiento en Relajación, Terapia Racional Emotiva y Técnicas de Autoactivación) Como resultado y a pesar de que la sintomatología depresiva parecía responder bien a la terapia hipnótica, se observó una mejora discreta del control de la ansiedad y emotividad que seguían sufriendo recidivas.
Una vez reconsiderado el caso de forma más amplia, se planteó una intervención con nuevas estrategias:
NOTA: La intervención Psicoterapéutica tuvo una frecuencia de una sesión mensual ya que la residencia del sujeto se encuentra a seiscientos kilómetros de Madrid, habiéndose instaurado el siguiente programa durante solo diez meses.
  • Tratamiento Médico- Psiquiátrico:
  • Para evitar la auto medicación y para establecer un Tratamiento Psicofarmacológico controlado se llegó a conseguir una reducción significativa del uso de anabolizantes. También enfocada a la reestructuración nutricional.
  • Intervención Psicológico-Deportiva Cognitivo-Conductual:
  • Implantación de incentivos alternativos integrando la actividad física como un aspecto más de la vida cotidiana y no como el único.
  • Control de las contingencias de refuerzo.
  • Reducción del número de horas invertidas en el levantamiento de pesas mediante Contrato Conductual.
  • Variación hacia otro tipo de deportes de equipo (Balonmano, por ejemplo)
Las tres ultimas pautas según el Programa para una actividad física saludable propuesto por Labrador, cruzado y Muñoz en 1993.
  • Intervención Psicoterapéutica reforzada con Hipnosis.
  • Hipnosis (Regresión hipnótica, sustitución del contenido negativo de una obsesión por otro neutro, reenmarque de vivencias positivas, establecimiento y refuerzo de claves posthipnóticas y entrenamiento en autohipnosis).
  • Concienciación del propio trastorno (Para ello se involucró al sujeto en la búsqueda de información acerca del mismo).
  • Técnicas específicas:
  • Autocontrol Emocional (Expresión de sentimientos positivos y negativos)
  • Reestructuración cognitiva (Detección de Pensamientos Distorsionados)
  • Trabajo sobre una adecuada autopercepción física.(Modelos no culturistas)
  • Entrenamiento en Técnicas de Afrontamiento.
  • Entrenamiento en Habilidades Sociales.
  • Sistema de Prevención de Respuesta.
IV Resultados
Según los resultados test-retest y el propio testimonio del paciente, el entrenamiento en autohipnosis ha sido muy beneficioso para poder disminuir las conductas de evitación asociadas a situaciones de interacción social. También ha reconocido haber aumentado sus competencias sociales (Comprensión y expresión) y su nivel de confianza y autoestima aunque aún aparecen fluctuaciones en el estado de ánimo ocasionalmente “Que no son aquellos cambios tan drásticos de estado de ánimo y de autoestima.” Estas fluctuaciones fueron disminuyendo en intensidad y duración.
Otro aspecto a destacar con respecto a la adicción del sujeto al entrenamiento, es que su necesidad de ganancia secundaria y la relación que él establecía entre ésta y su seguridad personal fue más débil que antes, aunque a veces permanecía asociada a la fase en la que se encontrara. De hecho el paciente confesó haber utilizado fármacos estimulantes y/o anabolizantes con el fin de poder proseguir su entrenamiento en esas fases críticas. En cuanto al consumo de los esteroides, el sujeto fue cada vez más prudente a la hora de utilizarlos y fue capaz de valorar el riesgo-beneficio y la repercusión sobre su salud en contraste con el bienestar y satisfacción que conseguía a corto plazo.
Según testimonios del paciente, en los tres últimos meses de la intervención con hipnosis fuimos constatado lo siguiente:
  • Una evolución positiva de autoestima habiéndose disminuido las conductas de evitación consecuentes.
  • Una progresiva mejoría de la sintomatología ansiosa y depresiva así como de las dificultades para conciliar y mantener el sueño.
  • Una reducción de la dependencia del entrenamiento y de la conducta asociada (Dietas) y una reducción de la obsesión por el músculo.
En definitiva, una independencia de los hábitos deportivos con un cambio positivo en lo que a objetivos personales y escalas de prioridades se refiere, habiendo ampliado sustancialmente el abanico de posibilidades.
V Conclusiones
Podemos concluir que, si bien la evolución  fue positiva en todos los campos, se tuvo que enfocar la intervención en la estabilidad de los logros obtenidos (Que aún conservaban un patrón moderado de oscilaciones periódicas).
También fue necesario insistir en descentralizar la atención del deportista en cuanto a su imagen-apariencia física, eliminando la percepción subjetiva de que la apariencia física debiera ser para él la base de su autoestima, seguridad y el fundamento de su bienestar general. Sólo en este momento, pudimos hablar de la remisión total del cuadro.
VI Consideraciones finales
Aunque este caso fuera susceptible de tratamiento Psicofarmacológico y Psicoterapéutico nos pareció indispensable plantear una estrategia de intervención multidisciplinar (Médico-Psiquiátrico-Psicológico-Deportivo) haciendo hincapié en la Psicología Deportiva ya que el lugar de origen del mismo pareció estar circunscrito a este contexto de forma muy precisa.
Desde el punto de vista preventivo, resaltamos el papel fundamental de la información que en el caso que nos ocupa, es importante para evitar que el Trastorno apareciese y se mantuviese en determinados ámbitos (Como por ejemplo en gimnasios).
Precisamente en este sentido sugerimos que desde asignaturas como Psicología de la actividad física y del Deporte impartidas a estudiantes de INEF, puedan facilitarse pautas que permitan a estos informar acerca de del riesgo físico y psicológico implícitos en estos comportamientos el día que trabajen o dirijan centros deportivos.
Bibliografía
  • Bidle,S. Y Mutrie,N. (1991) Psichology of physical activity and exercise. Londres: Springer Verlag.
  • Labrador,F.J.; Cruzado,J.A.; Muñoz,M. (Eds.) (1993) Manual de Técnicas de Modificación y Terapia de la Conducta. Madrid: Pirámide.
  • Morgan,W.P.; O´Connor,P.J. (1998) Exercise and mental health. En R.K.Dishman (Ed.) Exercise adherence, its impact on public health (Pp.91 -122) Champaign, illinois: Humankinetics.
  • Pope, H.G.; Katz,D.L.; Hudson,J.I.; (1993) Anorexia nervosa and “Reverse Anorexia” among 108 male body builders. Comprehensive Psychiatry, Vol.34, N 6 (November/ December) 1993 pp.406-409.
  • Pope,H.G.; Gruber, A.et cols. (1997) Muscle Dismorphia. Psichosomatics. 1997;38:548-557.
  • Pope,H.G.; Olivardía R.; Gruber,A.; Borowiecki,J. (1998) Envolving ideals of male body image. J.Eat.Disorder. 26: 65-72,1999.
  • Sanz,T.; Blasco,E. Y Cruz,J. (1992) Adicción a la actividad física de fondo. Archivos de Medicina del Deporte, 9 (35), 279-286.
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